La periodista iraní-norteamericana Roxana Saberi fue detenida a fines de enero en Teherán, donde residía desde 2003. Saberi, que nació en Estados Unidos y creció en Fargo, Dakota del Norte, se mudó a Irán hace seis años y trabajó como periodista independiente para varias organizaciones en Estados Unidos y en Gran Bretaña, como National Public Radio y The British Broadcasting Corporation.
Tiene la ciudadanía iraní pues su padre nació en Irán. Roxana Saberi fue condenada a ocho años de prisión, acusada de espionaje en favor de Estados Unidos, después de un proceso que se realizó a puertas cerradas el pasado 13 de abril, y que duró 15 minutos. El pasado 21 de abril, la periodista inició una huelga de hambre y ha jurado continuar con esta medida hasta tanto le devuelvan su libertad. Los padres de Roxana Saberi, que la visitaron en la prisión de Evin e incluso le entregaron un ramo de flores por su cumpleaños número 32, aseguraron que se encuentra «muy débil y pálida y sólo está bebiendo agua azucarada, para continuar viva».
Una más de una lista demasiado extensa
El caso de Roxana Saberi no es precisamente el primero en Irán, y cabe presumir que tampoco será el último. El régimen de los Ayatollahs se las arregla para controlar a la prensa local tanto como a la extranjera, algo que por lo general resulta más difícil y para lo cual se debe utilizar la imaginación y algunos otros recursos. Uno de ellos ha sido y es la captura y encarcelamiento de mujeres periodistas.
En el marco de este régimen y con la policía y el poder judicial bajo control del poder político más extremo, no resulta difícil no resulta difícil detener, mantener en la cárcel e incluso condenar – por lo general por el delito de espionaje – a periodistas extranjeros.
Pero a los periodistas iraníes no les va mucho mejor. De acuerdo con la organización Human Rights Watch «editores de periódicos independientes, responsables de medios y periodistas en Irán sufren detenciones arbitrarias, ataques y juicios», que afectan en forma directa la posbilidad de desarrollar su labor y su libertad de expresión. Algunos bloggers iraníes aseguran que hay periodistas que han sido golpeados, encarcelados e incluso asesinados por publicar algo que ha sido mal visto por las autoridades religiosas de Irán.
Según la organización Reporteros Sin Fronteras, hay seis periodistas y dos blogueros en cárceles iraníes. El gobierno local le ha dado especial relevancia al caso del bloguero iraní-canadiense Hossein Derakhshan, preso desde noviembre acusado de haber expresado injurias contra el Islam chiita en su blog y convertido, a partir de entonces, en otro símbolo de la lucha por la libertad de expresión en Irán.
Censura y autocensura … a la orden del día
Reporteros sin Fronteras y Amnistía Internacional han denunciado en diversas ocasiones la creciente censura que existe en Irán. Porque no sólo no se conceden acreditaciones para ejercer el periodismo, como le pasó a Roxana Saberi, que carecía de ella desde 2006, sino que también se cierran periódicos.
Según la la escritora iraní Nazarin Amirian, citada por el periódico Soitu.es, «en los últimos años se han cerrado al menos 84 periódicos, que son los contrarios al régimen». Además, se prohíben libros, películas y especialmente el gobierno se dedica a bloquear sitios web. Los portales de opositores en el exilio son, por supuesto, los más afectados. La organización Reporteros Sin Fronteras asegura que ejercer el periodismo con libertad en Irán es imposible.
Según los periodistas locales, el arma más utilizada es la acreditación, que no sólo necesitan los extranjeros, sino también los iraníes. En cualquier momento, las autoridades pueden denegar, quitar o no renovar la acreditación. Es por ello que todos los periodistas, incluso los corresponsales extranjeros, tienen mucho cuidado con lo que publican o bajan el tono de sus expresiones, a modo de autocensura.
Por otra parte, la Constitución iraní establece que todas las emisoras de radio y canales de televisión deben operar bajo control del Estado.
¿Y cómo se las arreglan para controlar a los corresponsales extranjeros? Los equipos técnicos son locales, o sea que controlan todo lo que se graba y la edición también está a cargo de técnicos iraníes.
Denuncias no precisamente nuevas para crímenes reiterados
Hace poco menos de un año, la Asamblea de Delegados de PEN Internacional («PEN. A World Association of Writers»), emitía un comunicado en el que señalaba que Irán tiene el mayor índice de detenciones de periodistas en Medio Oriente, en las que se violan los derechos a la libertad de expresión y a un juicio justo, a menudo, con largos períodos de detención incomunicada.
Además, el comunicado advertía que la Asamblea:
Está perturbada por la ofensiva de Irán contra escritoras, periodistas y activistas, la cual condujo a decenas de detenciones arbitrarias, incluida la de la periodista y miembro honoraria de PEN Parvin Ardalan, cuyos cargos se basan en su participación en reuniones pacíficas. Le impidieron salir de Irán para recibir el premio Olof Palme 2007 en Suecia.
Está alarmada por el aumento en la cantidad y en la diversidad de violaciones al derecho a la libertad de expresión en Irán, donde escritores y periodistas aún son amenazados, citados a comparecer en tribunales revolucionarios y detenidos. El uso agresivo de la censura de Internet conlleva el riesgo de que se arreste a los bloggers.
Expresa su profunda preocupación por el hecho de que las autoridades hayan prohibido la publicación de cientos de libros, incluidos aquellos que ya aparecieron en publicaciones impresos una o varias veces, y hayan utilizado esta política para presionar a los editores independientes. Además, se han eliminado libros de las bibliotecas. También se preocupa por los escritores, los periodistas y otros individuos que han sido detenidos en contra de su derecho a la libertad de expresión, torturados en centros de detención antes del juicio, aislados en celdas solitarias durante semanas y privados de sus derechos elementales a un debido proceso.
Exige la liberación inmediata e incondicional de todos los escritores y periodistas detenidos en Irán en contravención al Artículo 19 del Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos, respecto del cual Irán es un país signatario.
Fuentes de la información: http://freeroxana.net/, Strategy Page, Human Rights Watch, Soitu.es, InternationalPen.org